En la década de de 1890 Karl Kautsky (1854-1938) ya había conseguido que se le considerase, como el principal expositor ortodoxo del marxismo. Nacido en Praga, y por consiguiente austriaco de nacimiento, fue educado en la Universidad de Viena y, dedicándose después al periodismo socialista, trabajó principalmente en Suiza y Londres. En 1883 fundó el Neue Zeit, pronto la principal revista marxista, y una fuente valiosísima para estudiar las controversias de esos años. En 1887 publicó “Las doctrinas económicas de Karl Marx”, un manual en el que expone las concepciones básicas del marxismo, que fue traducido a numerosas lenguas. Cuando se desarrolló la controversia revisionista hacia finales de siglo, Kautsky apareció como campeón principal de la ortodoxia marxista, frente a los ataques de Bernstein. Tanto Wilhelm Liebknecht como August Bebel, ocupaban entonces los puestos más altos de la jerarquía del partido socialdemócrata alemán, y se opusieron a las opiniones de Bernstein; pero eran políticos activos, mientras que Kautsky era sobre todo un teórico.
Bernstein y Kautsky en 1910 |
De este modo Kautsky aparecía, en la década de 1890, como el defensor del marxismo revolucionario contra toda clase de transacción; pero, aunque insistía en la base proletaria del partido, y empleaba con frecuencia frases que parecían ponerlo del lado de los defensores de la dictadura del proletariado, en realidad concebía el derrocamiento del estado existente y la conquista del poder político por el proletariado, principalmente en forma de una avance político mediante la acción parlamentaria y de propaganda, y coincidía con Liebknecht en considerar que la esencia de la revolución, consistía más en el fin realizado que en los medios. Cuando hablaba del Estado “obrero” del porvenir, pensaba en un Estado en el cual el partido de los trabajadores, habría conseguido una clara mayoría del voto popular, y habría empleado su poder en la legislatura, ayudado por su influencia en los sindicatos obreros y en general entre el pueblo, para insistir en una transformación de todas las instituciones fundamentales de la sociedad. Pensaba que esto se produciría, no por una acumulación gradual de reformas fragmentarias, sino como consecuencia repentina de haber alcanzado el poder suficiente, dentro y fuera del Parlamento, para imponer un cambio revolucionario que los defensores del capitalismo, serían demasiado débiles para resistir. Preveía que esto sucedería con seguridad, porque las tendencias históricas del capitalismo necesariamente lo producirían, a causa de la acentuación de los antagonismos de clase, a medida que las “contradicciones” del capitalismo se hiciesen más y más agudas.
Esto explica por qué más tarde Kautsky apareció, en su controversia con Lenin y Trotsky, como el principal adversario teórico de la “dictadura del proletariado”. Fue Kautsky el pensador que insistió más que ninguno, en que en ningún país era llegado el momento para establecer el socialismo, hasta que el desarrollo del capitalismo hubiese llegado lo bastante lejos, para que la mayoría del pueblo estuviese al lado del socialismo, y que cualquier intento de establecer el socialismo, antes que la situación estuviera madura para ello, conduciría necesariamente a traicionar a la democracia, y a una perversión del socialismo convirtiéndolo en una especie de tiranía blanquista.
Esta era la base de la teoría marxista cuando Eduard Bernstein lanzó sobre ella su ataque “revisionista”. En realidad Bernstein declaró que no atacaba el marxismo mismo, sino sólo algunas partes de la doctrina del maestro. Trató de establecer una distinción entre el núcleo central del marxismo, que él aceptaba como verdadero, y ciertas consecuencias nacidas de una interpretación equivocada, debida al mismo Marx, del movimiento de las fuerzas históricas contemporáneas. Bernstein creía en el marxismo, como un sistema general de pensamiento. Sin embargo, las “revisiones” que proponía, se aproximaban mucho a destruir la interpretación especial del marxismo contenida el Programa de Erfurt.
Eduard Bernstein (1850-1932) nació en Berlín de padres judíos. Al salir de la escuela trabajó en un banco desde los 16 a los 28 años. Después fue secretario particular de Karl Höchberg, un rico patrocinador del Partido Socialdemócrata.
G. D. H. COLE |
(Continuará)
Palma. Ca’n Pastilla a 10 de Septiembre del 2015.