Leyendo a G.E. Moore

Leyendo a G.E. Moore
Ca'n Pastilla 27 Marzo 2016

sábado, 21 de marzo de 2015

El marxismo transversal

No me considero en absoluto un experto en marxismo. Pero algo he leído en el pasado, y ahora vuelo a estar en ello. Cuando llegué a la universidad en 1963, estaba de moda preferir al joven Marx (“La ideología alemana”, “La miseria de la filosofía”, “Los Manuscritos de 1848”, “Las Tesis sobre Feuerbach”….) al Marx más adulto de “El Capital” (tocho que no he sido jamás capaz de leerme entero). Un Marx, el joven, más filósofo aún que economista.
Con la llegada de Podemos al tablero político, introduciendo en el debate nuevos conceptos políticos, equívocos e indefinidos (casta, gente, los de abajo, los de arriba, transversal…) se me ha ocurrido un divertimento, un juego de palabras, un jeu d’esprit, entre lo que decía el joven Marx, y lo que repiten los jóvenes profesores del nuevo partido. Pero recalco que se trata sólo de eso, de un juego, un divertimento.
Y para que a nadie le quede duda de la intención de lo que escribo, recordaré, sucintamente, algunas cosas que decía Marx. Y entre paréntesis () lo que dicen lo líderes de Podemos.
En el “Manifiesto comunista” escribe Marx: “La historia de toda sociedad hasta nuestros días, es la historia de la lucha de clases”. O sea, la historia humana se caracteriza por la lucha de grupos humanos, que él llama “clases sociales”, cuya identificación resta un tanto equívoca, pero que tiene la doble característica de, por una parte, comportar el antagonismo de los opresores y de los oprimidos (los de abajo contra los de arriba) y por otra de tender a una polarización en dos bloques, dos solamente (Podemos frente a todos los demás).
Dos grandes contradicciones se describen en el “Manifiesto”. Una contradicción entre las fuerzas y las relaciones de producción, y la contradicción existente entre la progresión de las riquezas y la creciente miseria de la mayoría. De esta contradicción se devengará, un día u otro, una crisis revolucionaria. El proletariado que compone y compondrá cada vez más, la inmensa mayoría de la población, se constituirá en clase (la gente, los de abajo) es decir, en una unidad social aspirante a la toma del poder y a la transformación de las relaciones sociales (la abolición de régimen del 78). La revolución del proletariado (la gente) será llevada a fin por la inmensa mayoría en provecho de todos.
Al loro. Marx, de entrada, no niega que entre los capitalistas (la casta, los de arriba) y los proletarios (la gente, los de abajo) haya muchos otros grupos intermedios – artesanos, pequeños burgueses, comerciantes, campesinos propietarios – pero afirma dos proposiciones: 1.- A medida que el régimen capitalista evolucione, se producirá una tendencia a la cristalización de las relaciones sociales en dos grupos y en dos solamente, de una parte los capitalistas (la casta) y, al otro lado, los proletarios (la gente). 2.- Las clases intermedias no poseen ni iniciativa ni dinamismo histórico. Sólo hay dos clases que puedan marcar la sociedad. Una es la clase capitalista, y la otra la clase proletaria. Y el día del conflicto decisivo, cada uno se verá obligado a unirse ya a los capitalistas (los representantes del régimen del 78) ya a los proletarios (se está con Podemos, o contra Podemos).
Marx y Engels


Veamos ahora dos largos párrafos del Marx joven, que aparecen en “Introducción a la crítica de la Filosofía del derecho de Hegel” de 1844:
<Es evidente que el arma de la crítica no puede reemplazar la crítica de las armas; la fuerza material no puede ser abatida más que por la fuerza material; pero la teoría se transforma, también ella, en fuerza material, desde el momento en que se introduce en las masas. La teoría es capaz de penetrar en las masas cuando utiliza demostraciones ad hominem - en lógica se conoce como argumento ad hominem (del latín, "contra el hombre") a un tipo de falacia (argumento que, por su forma o contenido, no está capacitado para sostener una tesis)  que -consiste en dar por sentada la falsedad de una afirmación tomando como argumento quién es el emisor de esta. Para utilizar esta falacia se intenta desacreditar a la persona que defiende una postura, señalando una característica o creencia impopular de esa persona. Y ella, la teoría, utiliza demostraciones ad hominem desde el momento en que se hace radical (Podemos descalifica las teorías de los demás, llamando “casta” a sus emisores, radicalmente, sin matizaciones)>. 


<Es únicamente en nombre de los derechos generales de la sociedad que una clase particular puede reivindicar la dominación. Para conquistar por asalto (“el cielo sólo se conquista al asalto” Pablo Iglesias dixit) esta posición emancipadora, y asegurar la explotación política de todas esferas de la sociedad en interés de su propia esfera, la energía revolucionaria y la consciencia de su propia fuerza no son suficientes. Para que la revolución de un pueblo (la gente) y la emancipación de una clase particular (los de abajo) de una sociedad burguesa (el régimen del 78) coincidan, para que una clase represente a toda la sociedad, es necesario, además, que todos los vicios de la sociedad se concentren en otra clase (la casta) que una clase determinada (los de arriba) sea la clase del escándalo general. Es necesario que una esfera social particular (la casta) se identifique con el notorio crimen de toda la sociedad, pues emancipándose de esta esfera se realizará la emancipación general>.



Y para terminar, recordar lo escrito más arriba: sólo se trata de un divertimento, de un jeu d’esprit. Los conceptos que maneja el marxismo, son conceptos de la filosofía política, bien determinados y delimitados, argumentados de forma filosófica y económica. Ningún aficionado a la filosofía política, la historia y la economía, tiene duda alguna de a que se refiere Marx cuando habla de fuerzas productivas, relaciones de propiedad, clases sociales, proletariado, burguesía… Y entendemos bien cuales son los márgenes, los límites, de esos conceptos. También los jóvenes profesores de la Complutense, espero, entienden a la perfección la terminología marxista. Pero son también muy conscientes, de lo poco apropiada que es para su ¿proyecto? político hoy y aquí. ¿O se imagina alguien a Podemos hablando hoy del proletariado, de la burguesía, de la lucha de clases, de explotadores y explotados, de los capitalistas…? Por eso han sustituido los términos marxistas por otros: la gente, los de abajo, los de arriba, la casta, el régimen del 78… que pueden representar la indignación y el hartazgo de gran parte de la sociedad, pero que no son conceptos filosófico políticos, ni están argumentados ni bien delimitados ¿Qué es la gente, yo soy gente o no? ¿Está Botín entre los de abajo? ¿Todos los políticos del PP, PSOE, IU… son casta? ¿El régimen del 78 es igual a capitalismo, o el capitalismo es algo más? ¿La transversalidad, el no ser ni de izquierdas ni de derechas, hasta donde alcanza?
Pues eso, no estaría nada mal que nos lo explicaran a los ignorantes.

Palma. Ca’n Pastilla a 7 de Marzo del 2015.

sábado, 14 de marzo de 2015

El tío Sarito. Notas ideológicas (II)

Ahí tenéis el ciudadano libre. Tiene inteligencia como los demás y nada puede saber del mundo en que vive… Pudiera y debiera tener conciencia de una solidaridad humana, pero la sociedad en que vive sólo pone ante sus ojos el privilegio, la casta, el explotado y el explotador. Tiene derecho a una amplia cultura en el mismo grado que los otros, y el hambre y el egoísmo ajeno lo atan a la ignorancia para siempre.
(Baltasar Champsaur “Cultura y miseria”, en “El Obrero Balear” 1.05.1910)

Krausista. Institucionista. Como sabemos el krausismo, ideología adoptada como referente por la “Institución Libre de Enseñanza” (ILE) y surgida en Alemania a partir de las ideas del filósofo Christian F. Krause, se había introducido en España gracias a la figura de Julián Sanz del Río. El krausismo era una corriente filosófica que basaba el progreso humano en la perfección moral. Para ellos la ciencia constituía la única posibilidad del bienestar material y moral del ser humano. Y propugnaban, por tanto, la supremacía de la ciencia y de la razón, como criterios supremos de las relaciones entre los hombres.
Paradójicamente, mientras el krausismo no arraigó en Europa, si influyó de una manera determinante en el pensamiento liberal español de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Este proyecto ideológico culminó en nuestro país, en el ámbito pedagógico, con la creación de la ILE el año 1876, por parte de un grupo de catedráticos amigos, entre los cuales encontramos a Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón, los cuales habían sido separados de la universidad por su defensa de la libertad de cátedra. Diversas generaciones de importantes intelectuales españoles se formaron en la Institución, entre ellos podríamos destacar a Manuel Azaña, Julián Besteiro (seguramente el mejor estudioso del marxismo en el PSOE) los hermanos Antonio y Manuel Machado, Fernando de los Ríos (Ministro de Educación y luego de Justicia, en los primeros gobiernos de la II República) Federico García Lorca, Gregorio Marañón… y un largo etc.
A Mallorca esta ideología llegó muy pocos años después. Y como han señalado los profesores Colom Cañellas y Díaz de Castro, ello fue gracias a Alejandro Rosselló y Mateu Obrador que, en sus años de universitarios en Barcelona, trabaron los primeros contactos con el krausismo. Estas circunstancias, juntamente a la influencia de la experiencia institucionista que Guillem Cifre de Colonya, amigo personal de los dos, inició con la “Institució Lliure d’Ensenyança a Pollença”, fueron las que promovieron la creación, el año 1880, de “l’Escola Mercantil de Palma”, centro educativo de carácter liberal, que pretendía conseguir una renovación social a partir de la educación, considerada la herramienta y el motor del cambio. El año 1884 “l’Escola Mercantil” experimentó un gran aumento de la cifra de estudiantes, y ello generó un proceso de evolución, que culminó en la adopción de su nombre definitivo: “Institució Mallorquina d’Ensenyement”, el cual evidencia todavía más, si duda hubiera cabido, la influencia y parecido con la célebre “Institución Libre de Enseñanza” de Giner de los Ríos. Y aquí es donde aparece Baltasar de Champsaur, comprometido totalmente con el krausismo y el institucionismo, pues fue profesor destacado de la “Institució”, y colaboró activamente en su publicación: el “Boletín de la Institución Mallorquina de Enseñanza”.
La vida está llena de casualidades, y algunas de ellas influyen decisivamente sobre lo que somos y lo que pensamos. En los párrafos anteriores hemos visto como mi familia materna, los Sarmiento, llegó a ser influida por la ideología krausista-institucionista, a través de su miembro por casamiento (con Elisa, la hermana de mi abuelo) Baltasar Champsaur. Pero resulta que los Alonso, muy alejados geográficamente de Mallorca y Las Palmas, también tuvieron una intensa relación con el mundo ideológico del institucionismo, por sus contactos primero con la “Fundación Sierra-Plambey” (creada en Villablino por Francisco Fernández Blanco y Sierra-Plambey, Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Manuel Bartolomé Cossío) y luego con el “Colegio Estudio” en Madrid.
Socialismo. En los campos de la política, la filosofía y la ciencia, las ideas de Champsaur tuvieron siempre un fuerte carácter racionalista, influenciado, como él repite a menudo, por los grandes enciclopedistas franceses de la Ilustración: Rousseau, Diderot, Montesquieu, Condorcet… etc. Mi tío abuelo fue una persona laica, republicana e internacionalista; ideas en las cuales yo también me reconozco. Pero lo que hoy me gustaría destacar de él, es su relación e identificación con el socialismo, con el PSOE. En sus dos estancias en Mallorca, mantuvo una importante implicación en la instrucción de la clase obrera insular, a través de la participación en diversas actividades formativas. Impartió conferencias en la Federación Obrera Balear, y publicó un importante número de artículos en “El Obrero Balear”. Dado su interés por la educación popular y la importancia que, a lo largo de toda su vida, otorgó al acceso universal a una educación laica y de carácter científico y enciclopédico, fue el principal promotor y fundador del “Centre Instructiu Obrer de Palma”. Y cuando regresó definitivamente a Canarias en 1911, militó activamente en la Agrupación Socialista de Las Palmas, de la cual fue presidente en los últimos años de su vida. Existen dos documentos claves para conocer la postura socialista de Champsaur: “Personalidad y socialismo”, conferencia que tuvo lugar en el Centre de la Federació Obrera Balear de Palma, el día 5 de marzo de 1911, y su obra “Por el ideal socialista” publicada el año 1923, en la que, desde su madurez, Champsaur desglosa los principios de su pensamiento político.
Julian Besteiro
En el verano de 1911, con motivo de su partida de Mallorca, los socialistas, a través de “El Obrero Balear” le dedicaron diversos escritos, en los cuales se hacía evidente la gran estima de los mismos, hacia el que había sido protector de la Federación de Sociedades Obreras: “Muy pocas son las alabanzas al que siempre se ha desvelado tanto moral como materialmente por nuestra clase… pero queda grabado en nuestra mente la valía del hombre de ciencia, de corazón noble que siempre ha puesto al servicio del desvalido su saber y sus servicios en un todo”.

Palma. Ca’n Pastilla a 2 de Marzo del 2015.





sábado, 7 de marzo de 2015

El tío Sarito. Notas ideológicas (I)

"Yo siento, señores, por los grandes ideales un entusiasmo sin límites, tengo fe en ellos, fe grandísima, porque la historia me ha enseñado que allí donde no hay ideales la muerte es irremediable, completa, tanto en el orden político, como en el filosófico, como en el científico".
(Baltasar Champsaur. Discurso inaugural del curso 1886-87 en la “Institución Mallorquina de Enseñanza”)

El pasado Día de Reyes, publiqué en este Blog unas notas biográficas sobre mi tío abuelo Baltasar Champsaur Sicilia, adelantando unas pinceladas sobre lo mucho que sus ideas habían influido sobre las mías (“El tío Sarito. Notas biográficas” http://senator42.blogspot.com.es/search/label/El%20t%C3%ADo%20Sarito). Ahora voy a explicar cuales fueron algunas de esas ideas (mis recuerdos los completo con ayuda del fantástico libro de mi buena amiga Cristina Martí, ya citado en la mencionada entrada, “Baltasar de Champsaur. Un Intel.lectual a Mallorca”).
Mi madre recordaba a su tío, encerrado siempre en su despacho rodeado de cantidad de libros. Me decía que era un hombre de aspecto serio, y de talante adusto y reflexivo, inmerso siempre en la lectura y el estudio. (El mismo escribe: “Cuando se está solo es cuando menos se está solo. Quien huye de la soledad es porque tiene el alma vacía. Son muy pocos los que trabajan con los brazos cruzados solos y en silencio; pero esos pocos son los que mueven el mundo… Ellos, los solitarios, los silenciosos, los meditabundos, son los videntes sagrados que señalan a cada hombre y a cada pueblo el rayo de luz de su futura redención”).
Champsaur. Algunas obras (I)
También recordaba mi madre su constante implicación política. Y de hecho, cuando Sarito tenía solo 16 años, en una asamblea reivindicativa de ciudadanos de Las Palmas, pronunció un corto e improvisado discurso, en el que afirmó con vehemencia: ¡¡Contra la fuerza, la razón!! Fue muy aplaudido, pero ello le costó 25 días de cárcel. Como vemos, desde muy joven fue una persona profundamente política y social, e intensamente preocupada por las desigualdades sociales, todo lo cual queda patente continuamente en sus escritos y parlamentos.
Baltasar Champsaur procedía de una familia acomodada de carácter burgués. Hijo de francés, conoció desde muchacho la lengua y la cultura francesa, y este hecho le facilitó el acceso a obras extranjeras antes de que fuesen traducidas o, simplemente, a libros que no se tradujeron nunca al castellano. Es importante remarcar, creo, que su origen francés condicionó profundamente su configuración ideológica; pues no olvidemos la larga tradición republicana del Estado francés, desde la Revolución de 1789.
Champsaur. Algunas obras (II)
Mi tío abuelo fue muy pronto un auténtico “regeneracionista”. Entendiendo por tal el movimiento de descontento que se vivió en España frente a la situación económica, social y política de la Restauración borbónica, con todo lo de tradicional que ella comportaba, e identificándose con Europa y con las tendencias de pensamiento que de ella provenían. En este movimiento se pueden incluir intelectuales de la talla de Ortega y Gasset, Azaña, Unamuno, Valle-Inclán, o Maeztu. Y aquí en nuestra tierra a Miquel dels Sants Oliver, Gabriel Alomar (gran amigo de mi abuelo Miguel Sarmiento, de quien redactó el prólogo a una de sus mejores obras “Al largo”) y Santiago Rusiñol (no sólo también gran amigo de mis abuelos, si no el padrino de su boda).
Champsaur "Artá y Manacor"
Como miembro del Ateneu Balear y del Círculo Mallorquín, Champsaur formó parte del grupo de los “insensatos”. Con el nombre de “insensatos” (cuya divisa era “contra el país y para el país”) se conoció a un grupo de intelectuales mallorquines con aspiraciones regeneracionistas que intentaron, a través de la crítica y de la denuncia de sus lacras, una mejora de la sociedad isleña. Encabezados por Miquel dels Sants Oliver, el año 1890 emprendieron una estrategia combativa, a través de la publicación en la prensa mallorquina, de una serie de artículos en los que denunciaban los defectos y carencias sociales, para conseguir la anhelada modernización de la isla en el sentido más burgués de la palabra, con el objetivo de que ésta asimilara las costumbres y valores de otras sociedades europeas más avanzadas. Como ha afirmado el profesor Damià Pons, el término “insensato” podría considerarse similar al de “modernista” por sus connotaciones, en cierta manera, transgresoras, e innovadoras de la realidad existente. Algunos de los intelectuales que formaron este grupo, además del mencionado Miquel dels Sants Oliver, fueron: Enric Alzamora, Mateu Obrador, Pere d’Alcàntara Penya, Bernat Calvet, Eusebi Estada, Lluis Martí… y el propio Champsaur.

Palma. Ca’n Pastilla a 7 de Marzo del 2015.

(Continuará en la siguiente entrada)