Leyendo a G.E. Moore

Leyendo a G.E. Moore
Ca'n Pastilla 27 Marzo 2016

lunes, 1 de junio de 2015

Notas a vuela pluma, sobre los Tiempos Nuevos

Según opinión de la mayoría, ya están aquí los “tiempos nuevos”. Pero uno que es escéptico, no por naturaleza, si no por precaución intelectual, se refugia en su despacho y se sitúa a la espera. Y algo dentro de él le susurra, que no tardaremos en descubrir que dentro de lo nuevo hay mucho de viejo, y en el fondo de lo antiguo mucho de moderno. Se repite que estamos en un tiempo nuevo, pero en la Historia estamos siempre en épocas de transición. A veces ese flujo continuo pega un acelerón ¿una revolución? Pero incluso en esas épocas, en tiempos históricos seguimos en transición, de lo contrario la Historia se habría acabado. En todas las épocas la sustancia histórica, es decir, la sensibilidad íntima de cada pueblo, se encuentra en transformación. De la misma forma que, según Heráclito, no podemos bañarnos dos veces en el mismo río, porque éste es algo fluyente y variable de momento o momento, así cada nuevo lustro al llegar, según Ortega, encuentra la sensibilidad del pueblo un tanto variada.
Los veteranos montañeros sabemos que si nos cae encima una avalancha, no debemos intentar oponernos a la misma, si no nadar en su interior, con ella, hasta que se detenga. Y entonces sí, podremos ponernos de nuevo en pie.
Mucho se habla estos días de Vieja y Nueva Política, identificándola con viejos y nuevos partidos políticos, quizás en una errónea transposición a la actualidad, del título de la conferencia que dio Ortega y Gasset en el Teatro de la Comedia en Madrid el 23 de Marzo de 1914. Pero si en algún caso eso fuera así, se demostraría, una vez más, que mucha gente no pasa de los titulares de los medios, o de los nombres de los libros. Porque para Ortega, la nueva política nada tenía que ver con nuevos partidos. Ortega dijo y escribió en verdad, cosas como estas: “Un principio nuevo como idea, no puede mover a las gentes. Nueva política es nueva declaración y voluntad de pensamientos que, más o menos claros, se encuentra ya viviendo en las conciencias de nuestros ciudadanos… Por tanto, esta nueva política tiene que tener consciencia de sí misma y comprender que no puede reducirse a unos cuantos ratos de frívola peroración, ni a unos cuantos asuntos jurídicos, sino que la nueva política tiene que ser toda una actitud histórica. Esta es una diferencia esencial.”
Ortega y Heidegger
Observo con satisfacción que muchos ciudadanos se han incorporado de nuevo a la política (“renace violenta la fe en el poder que el hombre tiene sobre sus personales destinos”) y que los recién llegados, ya han dejado de despreciar nuestras instituciones democráticas, que ya se han percatado de que para alcanzar el poder no basta con un exceso de hybris (en griego: desmesura, falta de control sobre los propios impulsos, sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas) de que, además de una buena ración de ego y arrogancia, es preciso algo tan antiguo como organizarse en partidos, concurrir a las elecciones y conseguir votos. En ese camino ya están, y todos debemos felicitarnos de ello. Ahora falta ver como se convierten los votos y escaños, en opciones realistas para gobernar una cruda realidad.
Llegó la hora de la POLÍTICA. La hora de abandonar ensoñaciones, y fajarnos con lo real, lo auténtico. En pocos días sabremos con cierta certeza, quienes son Políticos, y quienes solamente Politiquillos (en francés se diferencia muy bien el Politique, político u hombre de Estado, del Politicien, arribista, politicastro). El socialista alemán Ferdinand Lassalle, dijo que Fichte tenía razón, que el político descubre con mirada zahorí la opinión pública, la real, la eficaz y decisiva. Y descubierta la misma, la expresa, la saca a la luz y triunfa. Porque la verdadera opinión late: no se la ve, hay que descubrirla al través de sus efectos. Ahí tiene usted, remataba Lassalle, la genialidad del Político con mayúsculas; la política minúscula es el juego de la superficie. Y Ortega escribió: “Es un acto inmoral convertirse en conquistador del poder, sin crearse previamente un ideal gubernativo”. Y la política ciertamente es acción, pero la acción es también movimiento, es dar un paso, y un paso exige una dirección que vaya en línea recta, y no se quiebre cada pocos días.
Pero bueno, seguiremos expectantes. Los que me leéis en Facebook o aquí, en mi Blog, ya sabéis que desde hace un año, yo andaba luchando en una batalla un poco especial. Desde las elecciones europeas, he estado confrontándome a todos aquellos que afirmaban, que al PSOE ya no le quedaban si no un par de telediarios, que se iba a disolver ya, o que quedaría tan marginal en política como el Pasok griego. No me voy a repetir, pero argumentaba que si nos renovábamos en profundidad, en ideas y personas, eso no tenía porqué ocurrir. Que la Historia demostraba que los socialdemócratas, ya habíamos pasado muchas veces por esos cataclismos en que nuevos actores sobrevenidos, parecían querer relegarnos al rincón más obscuro de la Historia.
Pedro Sánchez
Pues bueno, a un año de las europeas, aquí seguimos, claramente como el primer partido de la izquierda. Y la Historia no ha acabado. Como hubiera escrito de haber vivido, la gran historiadora francesa Annie Kriegel: ¡¡Nous sommes tenu!! Hemos aguantado, hemos resistido, firmes en nuestras convicciones. Por nuestro orgullo de pertenecía y por la lealtad a nuestras ideas. Pero quizás también porque hemos sabido leer la Historia. Porque hemos proyectado con inteligencia el pasado en el presente. Porque entendemos lo que Goethe llamaba sinfronismo, la analogía que la historia ofrece entre etapas o episodios muy distantes, pero estructuralmente idénticos o de significado muy semejante, la coincidencia espiritual de estilo, de módulo vital entre el hombre de una época y los de todas las épocas, de los presentes, de los próximos o de los dispersos en el tiempo, en el espacio y en las edades... Porque la clave está en identificar en el pasado la textura subterránea del presente, parte capital de nuestra filosofía de la historia.
Pero ¡¡atentos, en el PSOE no podemos conformarnos con la situación actual!! Hemos recuperado algunos votos desde las europeas, bien, pero hemos perdido muchos en relación a las municipales anteriores. Desde ¿2008 inicio de la crisis? los partidos con más historia, los parlamentarios (PP, PSOE, IU, CIU, PNV…) habían subsistido como inmersos en la fluencia general de la vida española, nunca antes había faltado por completo una actividad de ósmosis y endósmosis, entra la España de las instituciones y la España de los ciudadanos. Pero desde hace algún tiempo esa función de pequeñas renovaciones continuas en el espíritu, en lo intelectual y moral de los partidos, ha venido a faltar, y privados de esa actividad, de esa acción de ósmosis y endósmosis (en el leguaje de Ortega) con el ambiente, los partidos se han ido anquilosando, petrificando, y, consecuentemente, han ido perdiendo intimidad con la ciudadanía. Renan decía que una nación es un plebiscito de todos los días (y a mí me parece que ello es también aplicable a los partidos) que tiene que justificar cada día su legitimidad, no sólo negativamente, cuidando de no faltar al derecho, sino positivamente, impulsando la vida de sus ciudadanos. Los partidos tienen que justificar, prácticamente a diario, su fecundidad histórica, y si no lo hacen, más antes que después irán desapareciendo. Tienen que mirar cara a cara, con valor, la plenitud de esta enorme crisis, a fin de no embarcarse, como en naves maltrechas, dentro de ideales desvencijados. Los dos términos que constituyen los polos de la actividad política se han modificado: los problemas y el ánimo público. Vano será, por tanto, que aspire a triunfar un movimiento desde cuyos principios no se pueda atacar la faz de aquellos (los problemas) ni satisfacer íntimamente a éste (el ánimo público).
El día siguiente a las votaciones escribí en Facebook: Pero el PSOE no se puede conformar con su situación actual, tiene que continuar su renovación sin descanso. Y necesita ya, encontrar la solución a las dos grandes lagunas, que le cierran el paso hacia una nueva hegemonía: los jóvenes y las grandes ciudades. Y hoy en una entrevista en El País, Pedro Sánchez dice: “Claro que tenemos un problema en grandes capitales, y entre los jóvenes, que vamos a abordar de inmediato. El partido requiere renovación, apertura, fin de la endogamia y proponer como candidatos a figuras de prestigio. Reconozco el trabajo de miles de compañeros y la renovación ha empezado con un 85% de las listas con nuevos candidatos y con una media de edad de 41 años. Sí, hemos entendido el mensaje de que la sociedad quiere cambio porque el ciclo político del PP se ha acabado.” Mi Secretario General está en ello, y yo no tengo más que decir al respecto.
Antonio Maura
Quizás sólo insistir, ya que él tan oportunamente lo comenta, en ese cáncer de la endogamia, esa selección a la inversa, que en algunos lugares corroe al PSOE. Casualidades de la vida, hace apenas un par de días, en la estupenda biografía de Ortega de Jordi Gracia, leía sobre la “Historia de la caída del Mundo Antiguo” de Otto Seeck, en la que se habla de “La destrucción o aniquilación de los mejores”. Otto Seeck cree que la destrucción del Imperio Romano no la causaron tanto las invasiones bárbaras, como la progresiva debilidad social y colectiva derivada del “aniquilamiento de los jóvenes entusiastas”. Se operó una selección a la inversa que sólo “dejó vivir a los cobardes, los temperamentos de compromiso, y de su simiente crecieron las nuevas generaciones”. Pues eso ¡¡ojo al parche!!
Y para terminar, desearles a los compañeros que estos días están picando piedra, en la compleja labor de los pactos de mayorías en ayuntamientos y comunidades, mucha calma, flema británica, cintura política, y firmeza en nuestros principios. Y si al final no se puede, pues no se puede, no pasa nada. La Historia continuará. Y como dijo el gran político mallorquín Antonio Maura: ¡¡Que gobiernen los que no dejan gobernar!! Salud.

Palma. Ca’n Pastilla a 31 de Mayo del 2015.

3 comentarios:

  1. Muy acertado en tus comentarios como de costumbre. Como ya he comentado aquí otras veces, la irrupción de los nuevos partidos efectivamente no supondrá la destrucción de los viejos partidos, pero si de los viejos partidos que sigan con las viejas costumbres. En ese sentido creo que tanto Ciudadanos como Podemos y otras plataformas políticas puedan hacer de catalizadoras del cambio, de limpieza de la "mugre" incrustada en muchas instituciones. Sin embargo, lo que veo o he visto hasta ahora ha sido más "cosmética" que verdaderas ganas de cambiar. Veremos.

    En España se lleva una política de frentes, nunca de pactos, y eso polariza a la sociedad civil, que no ve más allá de las siglas. SI no, no se entienden algunas cosas inexplicables en otros países de mayor tradición democrática. Como otras veces he dicho, la educación y la Educación nos fallan, hacen aguas.

    Yo no he votado. Sigo sin sentirme cómodo con nadie. Con unos por anquilosados, con otros por demagogos y con otros por rancios e inmovilistas.
    Quiero debates en el congreso a la inglesa, que se pueda debatir en directo, no en diferido como hasta ahora. Quiero listas abiertas, que los candidatos se pateen las calles, conozcan su circunscripción, y por supuesto, que asuman responsabilidades. Esto último es lo más alucinante de la política española. Por ahí fuera hay gente que ha dimitido pro haber plagiado una frase de su tesis doctoral hacía 30 años. Aquí no dimiten ni después de haber sido condenados judicialmente.

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  2. Se me ha olvidado comentar que, ironías del destino, la más perjudicada ha sido UPyD. Pero eso da para una Tesis Doctoral me temo....

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    1. Efectivamente Kepa, Podemos y Ciudadanos han actuado como catalizadores del cambio, que aún tendrá que ser más profundo. Así que, como muy bien afirmas, el que no se apunte de verdad al mismo, y sólo realice reformas cosméticas, muy posiblemente será arrastrado al rincón más apartado de la Historia.
      Y sí, aquí tendemos a concebir cualquier clase de pacto, como una claudicación vergonzante... y como somos tan machos... Y estamos de acuerdo: escuelas, escuelas y escuelas.
      No es por desanimarte, pero para sentirte plenamente a gusto, tendrás que esperar al Paraíso. Yo no tengo ni este consuelo. Jamás me he encontrado totalmente satisfecho e identificado, con y en ninguna de las asociaciones a las que he pertenecido. Y como me voy a ir al Infierno, pues ya ves.
      Conocí bastante bien a Rosa Diez cuando aún era uno de nuestros líderes en Euskadi, y ambos pertenecíamos al Patronato de la Fundación Solidaridad Internacional. Ya por entonces me pareció que tenía su ego poco controlado.
      Un afectuoso abrazo,

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