Leyendo a G.E. Moore

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Ca'n Pastilla 27 Marzo 2016

martes, 1 de diciembre de 2015

¿Marginar la Filosofía?

Massimo Cacciari, catedrático de Estética y Metafísica y ex alcalde de Venecia, que ha terminado hace poco un nuevo libro “Laberinto filosófico” (donde explora la relación con el “otro”, desde los inicios de la filosofía europea) pasó por Madrid y, en una entrevista, habló de la marginación de la Filosofía y las Humanidades, en los planes de estudio.
Dijo Cacciari, que aquella idea de formación como camino a la excelencia, la paideia (educación o formación) de los clásicos, pasa por malas horas. No sólo en España, y no sólo marginando la filosofía de los planes de estudio. Ya no se enseña ni latín ni griego y, por lo que se refiere a la literatura, sólo hay interés por la del país donde se imparte. El de masacrar las humanidades es un discurso que se ha instalado hace tiempo en Europa. La idea que sostiene este proyecto es un mito: que el pasado, pasado está; y que por tanto está muerto. Y eso no es cierto: el pasado siempre es problemático y vive en la memoria actual, forma parte del proyecto de futuro. Está vivo en la palabra, en la lengua.
Massimo Cacciari
Al marginar la filosofía y las humanidades, Europa se está destruyendo a sí misma. Lo que resulta paradójico es que sea Europa, la única empeñada en borrar sus propias huellas. Ni Estados Unidos, ni China, ni Japón han tomado esa dirección. En cambio, Europa si le ha dado la espalda a su legado – al humanismo, al Renacimiento, al idealismo alemán – y entiende que el futuro pasa sólo por el crecimiento del PIB y por adaptarse a las exigencias del presente inmediato.
Le lectura de esta entrevista, me llevó a recordar un texto de María Zambrano (la gran discípula de Ortega y Gasset y también de Julian Besteiro) “El problema de la filosofía española”, escrito en 1948. En el mismo se pregunta Zambrano: ¿Qué significará, pues en la vida española, en cualquier vida, la carencia de filosofía? Y se responde que nada más preguntarse por esa cuestión, salta enseguida esa otra idea, más que idea suprema esperanza del espíritu occidental: la libertad.
¿Estarán íntimamente ligadas, la forma de pensamiento que llamamos filosofía, con la aspiración suprema que llamamos libertad? Un hecho esencial parece así corroborarlo: la idea del estado típicamente occidental. Y no sólo la idea, también la agitada historia, el sinnúmero de padeceres de todos los pueblos de Occidente, por realizar un Estado que encarne a esa deidad perseguida, pues la historia de Occidente podría escribirse como la serie infinita, de los esfuerzos, tribulaciones y martirios por alcanzar la libertad; como los padeceres, glorias y caídas de la Libertad misma.
¿Ha existido en verdad filosofía en España? Pregunta que nos adentra en los más íntimos pliegues de su existencia. Porque no es un lujo la filosofía para los pueblos de Occidente, sino como dijera Plotinolo que más importa”, es decir, lo más necesario. Y no era por azar, que en el último periodo de la vida española, en el que podríamos llamar “renacimiento”, o quizá mejor “resurrección”, la filosofía hubiera tomado uno de los primeros planos de nuestra vida.

Palma. Ca’n Pastilla a 25 de Noviembre del 2015.


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